Mundial de Qatar: Las estrellas que se quedan en casa

El primer futbolista en despedirse del Mundial fue Georginio Wijnaldum, el centrocampista neerlandés que sonó hace dos temporadas para el Barça cuando se fracturó la tibia derecha en un entrenamiento con la Roma. El último aún no se conoce a la espera de los últimos coletazos de competición que quedan antes de que las selecciones empiecen sus concentraciones. La amarga experiencia de una lesión se agrava cuando un futbolista se ve privado de participar en un gran evento, ninguno como el Mundial de fútbol. Wijnaldum asumió el disgusto ya el 21 de agosto. Su temporada se resume a los 12 minutos disputados en la primera jornada del calcio. Aún no ha reaparecido. Tal vez Sergi Roberto pensara en el Mundial con la luxación que sufrió en el hombro izquierdo en el último minuto del partido ante el Athletic el 23 de octubre. Faltó tiempo El Mundial ha estado en la cabeza de Gerard Moreno, que se lesionó en los músculos isquiotibiales de la pierna izquierda en septiembre y recayó en octubre, hasta que su ausencia en la lista de Luis Enrique borró el último resquicio de esperanza. Había reaparecido el miércoles en los últimos minutos del Espanyol-Villarreal. España no anda tan apurada de efectivos en el ataque como para convocar a un futbolista recién recuperado. Aún no está recuperado Mikel Oyarzabal, que se rompió los ligamentos de la rodilla izquierda el 17 de marzo. Se reincorporó a los entrenamientos con el grupo el 4 de octubre. Luis Enrique le incluyó en la prelista de los 55 futbolistas susceptibles de ser convocados, pero no leyó su nombre en la de 26, sin haber disputado un solo minuto. Madridistas al mando Las bajas más sonadas, sin embargo, se las apunta Francia. Acude al Mundial para renovar el título sin la pareja de mediocentros que la encumbró en Rusia en 2018. Ni Paul Pogba ni Ngolo Kanté vestirán la camiseta bleu. Los dos han pasado por el quirófano. Pogba se lesionó en la rodilla derecha durante la pretemporada recién regresado a la Juventus y Kanté de una rotura en los músculos isquiotibiales de la que recayó en octubre y debió ser intervenido. Francia se remueve inquieta ante tan sensibles ausencias. Didier Deschamps evitó mortificarse en público al dar la convocatoria de la selección. Las había digerido con tiempo. La sala de máquinas pasa a manos de los madridistas Tchouamémi (14 veces internacional) y Camavinga (4). Deschamps volvió a convocar al díscolo Adrian Rabiot (29) para dar algo de empaque y experiencia a la línea que componen Fofana (2), Guendouzi (6) y Veretout (5). Igual para todos “Estamos en una situación complicada pero es igual para todos los equipos”, valoró Deschamps, sabedor de que no era el único en lamentar bajas inesperadas. Argentina se quedó sin Giovanni Lo Celso, que se lesionó en el Athletic-Villarreal (30 de octubre). Un desprendimiento en la inserción del músculo en el bíceps femoral de la pierna derecha le mandó al quirófano del doctor Orava en Finlandia y a despedirse del torneo. “Numéricamente hay un reemplazante, pero futbolísticamente no”, lamentó Lionel Scaloni. Lo Celso estuvo en el Mundial de Rusia, pero con la agridulce sensación de no haber disputado ni un triste minuto. Dos más de Alemania México echa de menos a Jesús ‘Tecatito’ Corona, que sufrió una fractura en el peroné y en los ligamentos del tobillo izquierdo en un entrenamiento con el Sevilla, igual que Brasil se despidió del defensa Diego Carlos, Portugal se quedó sin Diogo Jota e Inglaterra perdió a Reece James. Nadie de todos esos futbolistas, sin embargo, es tan desgraciado como el alemán Marco Reus. No es que se haya perdido el Mundial de Qatar por una lesión de tobillo con recaída, quizá el último evento a sus 33 años; es que se perdió el Mundial de 2014 (contractura muscular), el de 2014 cuando ya estaba convocado (tobillo izquierdo) y la Eurocopa de 2016 (pubalgia). Alemania, rival de España en el grupo E tampoco puede contar con Timo Werner. Araujo y Mané sí van Ronald Araujo va al Mundial con Uruguay. Otro asunto es que juegue en Qatar. Aún está lesionado. No tiene el alta médica. Ha recibido el permiso para incorporarse a la selección celeste, pero carece de permiso para reaparecer, por mucho que pueda acelerar su recuperación. Vivir la inmersión en el torneo será el consuelo de Araujo, que alimentará su ilusión por jugar, supervisado por un fisioterapeuta del Barça para evitar que se precipite y agrave esa "avulsión [desgarro] del tendón del aductor largo del muslo derecho" que se produjo jugando un amistoso con Uruguay frente a Irán al minuto de partido. Otros jugadores ni siquiera aliviarán la pena por perder la oportunidad. El central del Barça, operado el pasado 28 de septiembre, y con una plazo de recuperación de entre tres y cuatro meses, no es el único jugador que volará a Catar lesionado. También lo hace, por ejemplo, Sadio Mané, que tiene en vilo a Senegal por una fuerte contusión en la cabeza del peroné derecho. Verratti lo verá por la tele La despedida de todos ellos es dolorosa. Y reciente. Encajado está el disgusto de ver el Mundial por televisión por el demérito deportivo de haber fallado en la clasificación. Mo Salah y Erling Haaland son los nombres más sonados, aunque sus selecciones (Egipto y Noruega, respectivamente) no son de las habituales en la fase final. Italia es el caso más sangrante. Dos empates la dejaron fuera. Marco Verratti verá a sus compañeros del PSG (Neymar, Messi, Mbappé...) mientras él está de vacaciones. El sueco Zlatan Ibrahimovic (eliminado por la Polonia de Lewandowski) no se retirará con la guinda de un Mundial a los 40 años, ni los chilenos Arturo Vidal y Alexis Sánchez no pudieron impedir el desastre de Chile.

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