Están los fans de Javier Milei muy emocionados con su discurso en el Foro de Davos. Como si aquello fuera un aquelarre comunista, como si no fuera un ejemplo palmario de la victoria indiscutible del capitalismo y la economía de mercado en el mundo, el presidente argentino advirtió de que Occidente está en riesgo por la amenaza conjunta de las intromisiones del Estado en los bolsillos de los ciudadanos, de los enemigos de la propiedad privada y de las mujeres que abortan. ¿Por qué un discurso de la derecha tan tradicional ha llamado tanto la atención? Porque Milei empleó palabras muy contundentes. Por ejemplo: a la interrupción voluntaria del embarazo la llamó "la agenda sangrienta del aborto". Y porque lo terminó con un "viva la libertad, carajo", aunque este grito ya es también un cierre habitual.

Pero quien abriera Twitter este jueves sin haber escuchado el discurso pudo pensar que Milei había inventado la rueda. El presidente argentino, tan peculiar, tan propenso a abonar una imagen tanguera de genio/loco dispuesto a todo –como describió con agudeza la escritora Pola Oloixarac– se ha convertido en la referencia absoluta de los libertarios del mundo, al menos por ahora, que no se puede comprobar por falta de margen qué efectos producen sus políticas. "Milei es hoy la persona más importante del mundo", escribió en X @jdoedoe101101, y no fue el elogio más desmedido.

La fascinación por Milei alcanzó, para sorpresa de pocos, al hombre más rico del planeta. "Buena explicación sobre qué hace a los países más o menos prósperos", escribió Elon Musk en la red social de la que es propietario. "Muchas gracias", le respondió el presidente argentino. Estos días, Milei ha retuiteado más de un centenar de elogios al discurso en su cuenta en X. Pero el aplauso de los potentados reunidos en Davos fue más bien tímido: el dinero no quiere ruido, dice la sabiduría popular.