Abro hilo

¿El PSOE rompe España o Puigdemont se baja los pantalones?

Los múltiples enfoques del acuerdo que desbloquea la legislatura monopolizan la semana en las redes

Concentración ante la sede del PSOE contra la amnistía / AFP\OSCAR DEL POZO

Falangistas contra 'piolines'

Semana de pasión en las calles y en las pantallas. El acuerdo entre el PSOE y Junts para la amnistía a los independentistas catalanes, que propiciará que Pedro Sánchez gobierne otra legislatura, permite tantas lecturas que los ultrajados se cuentan por millones. Para unos, el PSOE rompe España, o lo que queda de ella después de que ya la hubiera roto otras veces antes, según ellos; para los segundos, Junts y Carles Puigdemont se han bajado los pantalones y se han vendido al ladino socialismo español por poco más que un plato de lentejas; para un último grupo, ya totalmente poseído por la paranoia, hay tras cada esquina señales de que se avecina una guerra civil.  

Entre los supuestamente preocupados por la integridad territorial de España están los que llevan una semana manifestándose frente a la sede del PSOE en Madrid. Son cada noche unos cuantos miles, y han dejado multitud de estampas primorosas para los amantes de lo grotesco. Las redes han dado estos días buena cuenta de ellas: el adolescente lloroso que se quejaba de que la policía había cargado contra ellos "por 'putodefender' España"; el sesentón que un día advertía, tras una máscara de oxígeno, que "España ha despertado, hijos de puta" y que al siguiente piropeaba a una reportera y decía que no es tan viejo; la joven falangista que se subía a un kiosko a hacer el saludo nazi; el grupo de chavales de orden que no entiende por qué la policía, a la que consideran de los suyos, los desaloja; los que, al contrario, se encaran contra los uniformados, los llaman 'piolines' y añaden: "Os tenían que haber tirado al mar en Barcelona".

Otras situaciones cómicas se han producido cuando, en poblaciones más pequeñas, bravos patriotas se han visto decepcionados por la falta de ardor guerrero de sus conciudadanos. En A Coruña y en Don Benito solo se presentó una persona a protestar frente a la sede socialista.