La irrupción de las redes sociales en nuestras vidas ha modificado por completo nuestra manera de relacionarnos con otras personas. A su vez, esto también ha significado la aparición de neologismos y adaptaciones tomadas del inglés para referirse a prácticas habituales durante las conversaciones por mensajería instantánea.
Una de las palabras creadas por los usuarios de aplicaciones como Whatsapp, Instagram y Facebook ha sido el 'curving': rechazar una cita de manera ambigua. Es decir, el 'curver' es aquella persona que, sin ser contundente con sus respuestas, se sirve de excusas para no quedar con alguien.
Diferencias con el 'ghosting'
A diferencia del 'ghosting', otra praxis conocida en redes sociales que consiste en ignorar a otro usuario dejando de contestar a sus mensajes, en el 'curving' sí que se mantiene la interacción entre ambos. Esto sucede porque, pese al desinterés de una de las partes, se busca estimular el ego por medio de la manipulación o, simplemente, no son capaces de despedirse de forma explícita.
Cabe destacar que la ambigüedad que caracteriza a esta práctica puede dar pie a que la 'víctima' ni siquiera la perciba como un rechazo, aunque el 'feedback' que reciba sean mensajes cortos y sin interés alguno por parte del 'curver'.