Las pedidas de mano tienen cada vez más difícil ser originales. Pero parece que está todo visto y siempre hay alguien que sorprende.
En los últimos meses hemos visto a una pareja poner patas arriba el Primark de Gran Vía en Madrid, a un hombre fingiendo ser detenido para provocar una escena de película, o a funcionarios aprovechando su espacio público para reivindicar el amor.
¿Qué nos faltaba por ver? El amor en un espacio de tensión: el fútbol. El arbitraje, ese espacio en el que los colegiados suelen sentirse solos ante las críticas (e insultos) por parte de las gradas y las presiones sobre el césped, ha sorprendido a todos en las redes sociales.
En un partido de cuarta división rumana, Marius Matica, de tan solo 21 años, se arrodilló sobre el césped antes del encuentro para pedir matrimonio a su novia Gyorgi Duma, de 20 años. Antes del pitido inicial, colegiado y linier se besaron para corroborar que habrá boda.