Si hay un animal que triunfa en las redes sociales es el gato. Una foto de un gato haciendo cualquier cosa, o no haciendo nada, despierta el interés de unos usuarios ansiosos por ver hazañas como tirarse en el suelo inmóvil, saltar de un mueble a otro o poner en peligro cualquier objeto de la casa.
Lo que no esperaba nadie era encontrarse gatos gigantes. Tan grandes que es imposible resistirse a su encanto.
El autor de la cuenta gatuna que triunfa en Instagram es el ruso Andréi Shcherbak, un publicista que se propuso narrar su propia vida, su rutina, a través de fotografías de gatos enormes en cualquier situación, incluso intimando.
En uno de los comentarios de las fotografías, el propio Andréi cuenta cómo utiliza esta cuenta para conectar a diferentes personas. "Estos dibujos son una forma de comunicación, un punto de conexión entre mi mundo y el tuyo", relata.
En este espacio también hay tiempo para rememorar sus propias vivencias. Y cuenta con drama—y algo de humor—cómo a los nueve años acabó por comerse una cabra, amiga suya, tras el ataque de una jauría de perros que no pudo evitar. "La vi colgada de los pies y con la sangre brotando de la garganta".
Por último, narra el día en que casi se ahoga. No sabía nadar, cayó de una colchoneta, y empezó a ahogarse. Le salvó su abuelo, y a él agradece la lección. "La experiencia me enseñó a vivir la vida al máximo".