Guillem Gisbert comentó al inicio del concierto de Manel en el Festival Jardins de Pedralbes, celebrado la noche del viernes,  la curiosa casualidad de encontrarse en casa (Barcelona) poco después de que el grupo cumpliese diez años de trayectoria.

El cantante se lo explicó a los fans a la vez que transmitía la extraña sensación que sentían al usar como 'backstage' una sala de un palacio tan señero para la monarquía española (aquí se celebró el banquete de boda la infanta Cristina y Urdangarín) y la satisfacción de sentir en la nuca el aliento de la montaña de Collserola, escenario de una de sus nuevas canciones.

En la calurosísima noche de Pedralbes con los Manel solo faltó que un jabalí cruzase el escenario. El grupo se entregó en un magnífico directo y, ya en los bises, apareció un colega con una tarta de aniversario. En las primeras filas flotaban dos globos dorados con las forma del uno y el cero.

ENTUSIASMO ENTRE EL PÚBLICO

Una década de uno de los conjuntos más fuertes del pop catalán en la que han cosechado miles de seguidores con cuatro trabajos discográficos. No dejaron de brincar Guillem Gisbert (voz, bajo), Roger Padilla (guitarra), Martí Maymó (clarinete) y Arnau Vallvé (percusión) ante un público tan entregado como cierto periodista de magnífica pluma, siempre a la contra, sobre su novia reciente.