EL LEGADO DE HANS ROSLING

Compara 240 hogares de todo el mundo, en fotografías

La fundación Gapminder ha fotografiado la vida cotidiana de familias de 46 países, ordenadas según sus ingresos, para romper con los estereotipos

Las duchas de familias de varios países entrevistadas por la fundación Gapminder para el proyecto Dollar Street.

El ser humano es curioso por naturaleza. Así que si una web permite hurgar en las casas de familias de todo el mundo, ver cómo son sus cocinas, sus habitaciones y hasta sus retretes, con qué juguetes juegan sus hijos y qué mascotas tienen, el entretenimiento está asegurado. La Fundación Gapminder ha entrevistado a 240 familias de medio centenar de países para hacer una extensa radiografía de la vida cotidiana de la gente. El resultado es Dollar Street (la calle del dólar), una web que muestra a todos los hogares entrevistados como si vivieran en una única calle imaginaria, ordenados de menos a más ingresos mensuales.

La Fundación Gapminder no ha hecho este ingente trabajo (incluye 30.000 fotos y textos explicativos de la vida de cada familia) para que los demás fisgoneen sin más en la vida de otros, sino para romper con los estereotipos sobre países y culturas diferentes a la propia. Gapminder podría considerarse uno de los legados más importantes que deja el fallecido Hans Rosling, el profesor sueco que se hizo famoso por sus amenas presentaciones estadísticas sobre el desarrollo de los países y la población mundial.

Hans Rosling -que murió este martes de un cáncer de páncreas- fundó Gapminder junto con su hijo Ola y su nuera Anna Rosling Rönnlund. La fundación ofrece gratis en su web series estadísticas de todos los países. Su misión es "combatir la terrible ignorancia con una visión del mundo basada en hechos que todo el mundo pueda entender". Y la calle del dólar (cuya principal artífice es Anna Rosling Rönnlund) persigue este mismo objetivo.

Ordenadas según su riqueza, se observa que "la vida cotidiana es sorprendentemente similar para la gente con el mismo nivel de ingresos" en todas las culturas y continentes, explica la web Dollar Street. En cambio, dentro de un mismo país se observan notables diferencias socioeconómicas. Hay una familia de Kenia, por ejemplo, que tiene su casa tan bien equipada como otras de EEUU (país con un PIB per cápita 17 veces superior al país africano).

RIQUEZA EN POCAS MANOS

La calle del dólar no es del todo representativa (no hay multimillonarios y en algunos países solo se muestran familias de un mismo nivel económico), pero sirve para hacerse una idea de la diversidad de la población mundial. Entre la familia más pobre que ha abierto sus puertas a Gapminder (una de Burundi que ingresa 27 dólares al mes) y la más rica (una de Letonia con 11.381 dólares mensuales), se podría calcular que la media está en los 5.700 dólares, y sin embargo, la mitad de la calle está en torno a los 300 dólares (que vendría a ser la mediana aritmética: la mitad de los hogares retratados están por debajo de los 300 dólares y la otra mitad, por encima), prueba de que la riqueza se concentra en pocas manos y de que la mayoría de la población tiene mucho menos dinero.

En Dollar Street se descubren cosas interesantes, como cuáles son los objetos más preciados de cada familia (desde unas tijeras para un hogar filipino hasta un sillón de masaje para uno surcoreano), o qué les gustaría tener (desde una vaca a un barco). Comparando lo que comen, las manos y las dentaduras, es posible deducir la salud y condiciones de vida de cada uno.

También es significativo ver los juguetes de los niños: en Burkina Faso juegan con una vieja botella de plástico y en México con una videoconsola, pero los peluches y las pelotas ganan por mayoría en todas las regiones.

"En las noticias, las personas de otras culturas parecen más diferentes de lo que son", dice Gapminder. En realidad, concluye, "todos tenemos las mismas necesidades, pero podemos permitirnos soluciones diferentes".

Rosling, el genio de las estadísticas

Conseguir que un vídeo sobre estadísticas sea un fenómeno viral en Youtube es una proeza que muy pocos consiguen. El académico sueco Hans Rosling, fallecido el pasado martes a los 68 años a causa de un cáncer de páncreas, era uno de ellos. Sabía encontrar el lado divertido a algo tan frío como los números. Y así consiguió que el público dejara por un momento de ver vídeos de gatitos por internet y se interesara por la superpoblación en el mundo, la educación o la salud pública. Con un estilo extremadamente didáctico, son memorables conferencias suyas como aquella en la que representó la población mundial con grandes cajas de colores de Ikea, u otra en el que se metía dentro en un gráfico (gracias a la realidad aumentada) sobre desarrollo económico y esperanza de vida de los últimos 200 años. Más allá de las anécdotas, el objetivo de Rosling era combatir los falsos mitos con datos reales. Sostenía que tenemos una visión distorsionada del mundo y que tendemos a exagerar lo negativo (la mayoría de niñas del mundo van a la escuela, en contra de lo que comúnmente se piensa, ponía como ejemplo). Rosling, que fue también profesor del Karolinska Institutet, cofundó la fundación Gapminder, que permite a los usuarios elaborar sus propios gráficos sobre el desarrollo global (en el 2007, Google compró su ‘software’ de animación de estadísticas ‘Trendalyzer’). Rosling defendía que la pobreza extrema se podía erradicar y se esforzó en explicarlo con datos. La fundación Gapminder, dirigida por su hijo Ola, se encargará de continuar su misión.

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