Campo de batallitas

Italia y la leyenda de la moneda con dos caras

  • En 1968, por primera y única vez en la competición un sorteo decidió un finalista

  • Muchas versiones han circulado sobre lo que ocurrió aquel día. Las musas fueron 'azzurre'

  • El árbitro se fue al vestuario con los capitanes, y el que volvió exultante al césped fue Facchetti.

Fachetti se alza con la Eurocopa de 1968 / EL PERIÓDICO

La suerte es una musa y conviene dejarle rendijas abiertas, hay que facilitarle los caprichos en beneficio propio, que no te pase –por ejemplo- como al Atlético de Madrid, perdedor de dos finales con 40 años de diferencia en circunstancias igualmente brujas, casi una burla a las matemáticas: un defensa rival te mete un gol en el último tiro y te quita lo que ya era tuyo.