Hace poco, paseando por la calle, vi a unos niños jugando en el parque. Uno de los niños le reclamó la atención al padre, y entonces me di cuenta de que el padre estaba ensimismado mirando el móvil. Por supuesto, este escena no es la primera vez que la veo.
Entretodos
Cuando hablamos de adicción solemos vincularla inmediatamente a drogas o alcohol, pero no nos engañemos, actualmente una de las adicciones que más hace daño a la sociedad es el uso constante del móvil.
Quizás algunos piensen que estoy exagerando, pero no, con esta fuerte dependencia cada vez menos se disfruta del momento, se presta atención a aquello que nos rodea de forma superflua. Parémonos a pensar: ¿qué importancia tiene revisar cada dos por tres las redes sociales para ver la vida de otras personas, mientras tú estás siendo un espectador de la tuya? ¿Realmente es necesario responder a alguien inmediatamente por móvil antes que prestar atención a la persona que tenemos delante?
Por supuesto no debemos dar la espalda a la nueva tecnología, puesto que nos ayuda a progresar, pero se debería tener un control y saber disfrutar de lo que nos rodea si no acabaremos siendo personas vacías, sin rumbo ni expresión: zombis.