Vivimos en un mundo lleno de prisas, buscando siempre la combinación más rápida para llegar a un sitio, eligiendo aquellas entregas que nos garantizan la llegada en menos de 24 horas, comiendo mientras seguimos trabajando… Hacía tiempo que no salía a pasear por el simple placer de hacerlo. Siempre que salgo de casa es para aprovechar el trayecto: salir a comprar, ir a buscar algo que necesito, ir a comer… Decidí hacerlo y decidí hacerlo sin música.
Entretodos
Anduve por las calles de Barcelona y me perdí por ellas. Recorrí las pequeñas calles de Gràcia, caminé por el simétrico Eixample, visité el Barri Gòtic y acabé frente al enfurecido mar. Durante el camino me dediqué a observar cómo corría la gente y cómo se perdían todos aquellos detalles que hasta ese día yo también pasaba por alto. Vi cómo aquellas personas que corren tanto para ahorrar tiempo son las que lo están perdiendo.
El tiempo es un bien preciado que todos decimos valorar, y pocos lo hacemos realmente.