Hay crisis de vivienda, no puedo independizarme aunque quiera y, viendo el panorama, no sé cuándo será posible. Pero que pinten una segunda residencia privada (como la de la Cerdanya, de Gerard Piqué) no abaratará los costes, no implementará leyes para frenar el cada vez mayor negocio de residencias vacacionales en zonas urbanas con alta demanda residencial, ni invertirá en vivienda pública.
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El vandalismo no ayuda en nada. Es necesario buscar una solución real.