A mi edad, que es esa edad en la que se empieza a pasar por los hospitales con frecuencia, cuando me atienden los profesionales de la Sanidad pública siempre pienso lo mismo.
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Esta sociedad va contra corriente, da mucha importancia y valora en exceso profesiones de sectores como el fútbol, la política o la telebasura, y no sabe valorar a los profesionales de la Sanidad y la Educación públicas, y así es seguro que el futuro no puede ser nada prometedor.
No sirve de nada que saliéramos a aplaudir a nuestros balcones, ni sirve de nada esta carta y las muchas que se publican en el mismo sentido en los diarios, si la sociedad en su conjunto no cambia, si no deja de asumir como normal que dar patadas a un balón se pague como se paga, que la telebasura mueva el dinero que mueve o que a un tertuliano de TV que nos sabe de nada, pero opina de todo, se le pague por una hora lo que un médico o una enfermera cobran en un mes.
Pero, sobre todo, nunca servirá de nada si no nos damos cuenta que hemos de exigir a los políticos que votamos que hagan políticas sociales, que dejen de mirar por sus privilegios (que son muchos y muy caros) y de proteger a los que ya lo tienen todo, en favor de los que no tienen nada.