Vista la situación actual, no veo más remedio que la vacunación. Y cuanto antes, mejor. Es verdad, puede haber algún riesgo, pero ¿dónde no lo hay? Cada mañana, al salir de casa, asumimos riesgos, pero no vamos a dejar de hacerlo, ¿no es así?. Pues no tengamos más dudas. Y cuando nos llamen, acudamos. Es que no hay otra.
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Vivo en la derecha del Eixample, y como ejemplo y a pesar de toda la información que nos llega, cuando miro a la gente que está en las terrazas, se me cae el alma a los pies. Lo mismo alguna vez que he ido al centro. De cada 10 personas, ocho no llevan mascarilla, ni distancia de seguridad que valga.
Yo no sé si estamos cansados, o pasamos, o es que no nos da la gana cumplir las normas. Y a pesar de que dicen que entre el 20 y el 30% de contagios se producen en el ámbito familiar, supongo que nuestro comportamiento en las terrazas también produce contagios, ¿o no? Quede claro que los propietarios y empleados no tienen culpa alguna, entiendo que son (somos) los clientes. Entonces, por lo dicho, vuelvo al principio. Sin duda alguna, cuando recibamos el mensaje, a vacunarse, mejor hoy que mañana, si queremos recuperar la ansiada normalidad. Por lo menos, así lo veo yo.