Hace unas semanas Cifuentes, y estos días Pablo Casado. Además, nos tenemos que hacer eco de que muchos de los CV de los políticos son aumentados en período preelectoral. ¡Qué vergüenza!
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Como estudiante me parece un insulto, pero como ciudadano, todavía más. Que por tener un cargo electo y ser influyente en ciertas organizaciones, alguien pueda obtener un título universitario, es indignante. Y más, sabiendo el esfuerzo -y dinero- que nos cuesta a los que sí que cursamos dichos estudios; todas y cada una de las asignaturas que exige el programa educativo.
Por si no fuera poco, tenemos que escuchar a Casado hablando de convalidaciones, y de que cursó doce asignaturas en cuatro meses. Señores, ¡doce en cuatro meses! Cuando lo habitual suelen ser diez asignaturas en un año académico.
Y yo me pregunto, ¿no hay gente en el país preparada académica y profesionalmente para ocupar ciertos cargos?