En Barcelona se ha pasado de intentar regular las mesas de los bares a multiplicarlas por tres. Parece que se han propuesto convertir cualquier calle de la periferia en una calle de paseo marítimo de pueblo costero. Creo que es bastante obvio que siete mesas de bares, un miércoles de julio, pasadas las 10 de la noche, en una calle residencial de un solo carril, van a generar molestias a los vecinos, que se ven obligados a tener incluso las ventanas cerradas. Además, se han dado permisos para ampliar mesas a bares problemáticos, en los que ha tenido que intervenir la Guardia Urbana por molestias e incumplimiento de horarios.
Entretodos
Si en el centro no se puede vivir, ni en la zona de alrededor de la playa, ahora tampoco se podrá vivir en los barrios de la periferia. El derecho al descanso de los vecinos es algo que parece no tener en cuenta el ayuntamiento cuando quita tres plazas de aparcamiento que no generaban ninguna molestia para colocar cinco mesas de bar extras.
Para concluir, creo que deberían regularse el horario y los usos de estas terrazas, sobre todo en barrios residenciales, porque a la larga va a repercutir en los vecinos.