De qué sirve tanto sacrificio: limpieza de manos, desinfecciones, ertes, trabajadores en paro, cierre nocturno de bares, restaurantes, salas de fiestas y discotecas; distanciamiento en salas de espera, colas en la calle, esperar turno en el banco, mascarillas de mil y un colores, navidades de seis personas, etcétera si donde nos contagiamos es en el transporte. Pagamos un billete en los Ferrocarrils y no hay vigilancia, y permiten entradas masivas de estudiantes que llegan tarde.
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