El 25 de noviembre de 2019 pedí y pagué una T-16 a nombre de mi hijo. Pasaron los meses y la tarjeta no llegó. Durante meses la reclamé. El 29 de octubre de 2020 (casi un año después) la reclamé de nuevo y me dijeron que enviaban otra (nadie me explicó que había pasado con la primera), pero tampoco ha llegado.
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Ahora mi hijo tiene 16 años y ya no la puede utilizar. Así que debido a la incompetencia de alguien o del propio sistema, no ha podido disfrutar de la T-16 en el último año. No entiendo que sea tan difícil imprimir una tarjeta. No estamos hablando de unos meses, estamos hablando de años de espera.
En la oficina de movilidad de Terrassa me dijeron que podía reclamar los 35 euros que pagué. Al menos este es un derecho que quiero exigir. También me gustaría pedir algún tipo de compensación, pero eso ya depende de la empresa encargada. Ahora es momento de pagar 80 euros para ir a la escuela con la T-Jove, que debería ser gratis, por cierto. ¿Alguien me explica por qué la T-Jove la imprimieron delante de mí y no pueden hacer lo mismo con la T-16? ¿Por qué hay una empresa (fantasma) que imprime las tarjetas T-16 y a la que solamente se puede acceder por teléfono? ¿Dónde tienen la sede social? ¿En Andorra, Valencia, Madrid?
Actualmente estoy a la espera de una respuesta por parte de la empresa. Ya veremos si tienen la decencia de devolverme mi dinero y compensarme por todas las molestias. Esto último no es muy habitual en empresas españolas. Espero que sea la excepción.