El que arregla la herramienta del que arregla la máquina, estos y el que arregla el aparato del que arregla el instrumento del taller, estos y el que repara el tractor del agricultor, o el camión del transportista, o la ambulancia del sanitario, la nevera del supermercado, la electricidad de la farmacia, el agua doméstica, el que fabrica el tornillo del motor del generador del hospital... Y los que dan servicio informáticos, administrativos, papel, lápices... a todos ellos no se les puede confinar.

¿Qué gobierno es capaz de delimitar el alcance en detalle de ese enfáticamente llamado "confinamiento total"? Solo desde la más absoluta irresponsabilidad política cabe intentar ganar méritos pidiendo algo que queda muy bien como eslogan, pero que todos saben que es imposible de implementar.

Solo, y con suerte, allí donde la conciencia ciudadana triunfe, tanto entre empresarios como trabajadores o usuarios, y sin más leyes que las que ya piden contención para todo lo que no sea absolutamente necesario e imprescindible, solo, ya digo, donde triunfe esa conciencia ciudadana, se podrá mitigar esta crisis.

Donde no triunfe esa conciencia, ya sea entre trabajadores, usuarios o empresarios, ni decretando el aislamiento total se podrá doblegar la famosa curva.