En la vida hay momentos en los que estamos frente a un dilema porque o bien quien ha decidido hacer que funcione aquello lo ha decidido a su antojo o bien porque el responsable de que funcione bien es un ignorante en el tema.
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Mi punto de vista es que no debemos callarnos, no hemos de dejar que quien además cobra, y en muchas ocasiones demasiado, derrumbe la convivencia de aquel que por su culpa vive a medias, o sea vive mal porque aquel hace mal su trabajo. Por eso no debemos callarnos, debemos hacer visible la ineficacia del responsable y obligarle a rectificar. Su falta de respeto hacia la sociedad se ha de penalizar, su forma de actuar es porque la sociedad lo permite.
No te calles, denuncia todo lo que puedas, hazte partícipe de tu bienestar, reprocha lo mal gestionado, protesta cuando un dilema sea por culpa de un “obrero” de despacho y más si está en la cúspide de la pirámide. Debemos conseguir una sociedad capaz de luchar por sus derechos y me refiero a todos.
Una sociedad que pueda perder unas horas para reclamar lo que está mal gestionado y que quien lo ha ordenado se busque otro empleo si no rectifica. No te calles, denuncia, exige, evoluciona… Una sociedad entera es aquella que se hace respetar por la cúspide