Rabia e impotencia. Estas son las palabras que más me definen esta mañana tras el tan ansiado, para muchos, fin del estado de alarma, que no fin del covid-19, algo que mucha gente parece no entender. Rabia e impotencia me llevan acompañado desde que he visto las primeras imágenes de la Puerta del Sol de Madrid, llena, en su mayoría, de gente joven como yo.
Entretodos
Los que anoche gritaban, desde sus balcones, al aire, "libertad", acompañados de abundantes aplausos, son los mismos a los que hace un año se les llenaba la boca hablando de los sanitarios cuando salían a las ocho de la tarde a aplaudirles, porque eran unos “superhéroes”. No son superhéroes, son personas que están cansadas de aguantar el peso que la sociedad incívica está poniendo sobre sus hombros.
Libertad, libertad, libertad… mientras unos gritan estas palabras, entre risas, cómodos en sus hogares o de fiesta en las calles, otros están salvando las vidas que estos están poniendo en juego.