En las temporadas cinegéticas se suele abrir la veda, para autorizar la caza de esas especies animales menos agraciadas que habitan la Tierra. Pues bien, si trasladamos, supuestamente, esta normativa a la vida política, la moción de censura encajaría (como guante al dedo) en este control regulador inventado por el hombre, para ponderar (sin entrar en materia) el equilibrio biológico de nuestros compañeros de viaje.
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La citada moción, pone al alcance de cualquier 'escopeta autorizada': qué especies de políticos deben abandonar la mayoría de escaños, para dejar paso a otros, menos favorecidos dentro del entorno natural que habitan.
Y así, establecer el utópico equilibrio en reparto. Por lo tanto, señores diputados, afinen bien la puntería, no vaya a ser que les salga el tiro por la culata, y por exceso de celo, se liquiden entre ustedes por un mal planteamiento logístico en esta nueva temporada de caza.