A lo largo de los años, el día de Sant Jordi, se ha consolidado como una fiesta tradicional y emotiva en la cual los enamorados se intercambian una rosa y un libro en ciudades y pueblos de Catalunya.
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Es una fiesta popular y pacífica, que exalta unos valores tan humanos como son el amor, la cultura y el patriotismo. Desde 1995, la Unesco declaró también el día de Sant Jordi como día Mundial del libro. Es por ello que se ha extendido a todo el mundo y las librerías salen a las calles con sus mejores libros.
Leer siempre es beneficioso, independientemente del formato en el que se haga, lo importante es que te sirva la lectura y que llegues a disfrutar de ella sin pararte a pensar en el formato en el cual está plasmado el contenido. De todas formas, pienso que el libro en sí, nunca podrá ser sustituido por otro elemento. Tablets, ebooks, móviles, entre otros, pueden contribuir a leer de forma más cómoda, ya que no pesan y no ocupan espacio en la estantería, pero el gozo de pasar las páginas de un libro, del olor a nuevo, el tacto y la belleza visual, para quienes nos gusta leer, nadie te lo quita.
Es por ello que sin inhibir la novedad de los libros electrónicos, siempre prefiero comprar libros en papel y animo a mis amigos a hacerlo para así intercambiar las novedades.