La carta de Pedro Sánchez era un 'show' para justificar su asalto a la prensa libre y tribunales independientes. En su comparecencia, Pedro Sánchez, anuncia la ruptura del marco institucional de la democracia española tal cual lo hemos conocido hasta hoy. Cuando habla de consolidar derechos y libertades, en realidad está anunciando una restricción a esos derechos y libertades. Nuestro presidente va a perseguir, según su punto de vista, la libertad de difamación.

A Sánchez no le merecía la pena seguir como presidente si los tribunales españoles seguían siendo lo suficientemente independientes como para fiscalizar a su esposa, o si los periodistas seguían siendo los suficientemente libres como para investigar a su esposa. Y dado que se queda, tendrá que revertir esa situación para que le merezca la pena continuar al frente de la presidencia del Gobierno.

Pedro Sánchez va a librar a España de periodistas y jueces no alineados con su Gobierno. Y para hacer lo que dice necesita la complicidad de la sociedad para pisotear los derechos y libertades de los periodistas y jueces. Estamos ante una persona tan obsesionada con el poder, que no ha dudado en instrumentalizar a su familia para alcanzar sus objetivos políticos. Si Sánchez está dispuesto a enfangar a su propia familia, ¿qué no estará dispuesto a hacerle a España?