Un día, recibió Sócrates la visita de un amigo para contarle un chisme acerca de uno de sus discípulos. El gran filósofo interrumpió su discurso y le preguntó si había aplicado la fórmula de los tres filtros: verdad, bondad y utilidad. El hombre respondió que no y el sabio le contestó: “Si no es verdadero, ni bueno, ni útil, ¿para qué contarlo?”
Entretodos
En la sociedad existen personas que disfrutan con el cotilleo y buscan la atención constante de las personas difundiendo rumores y habladurías. En este sentido, algunas redes sociales han tenido problemas para encontrar soluciones tecnológicas que frenen el acoso y los comentarios ofensivos sin vulnerar el principio de libertad de expresión.
Instagram añadió el filtro “Ocultar comentarios inapropiados” para combatir a los ‘trolls’ o usuarios que publican mensajes provocadores con la única intención de molestar. Twitter también se puso las pilas y desarrolló una función denominada “Palabras silenciadas”, que impide ver cualquier tipo de tuit o ‘hashtag’ que introduzca las palabras prohibidas que el propietario de la cuenta haya establecido de antemano.
Pero estas herramientas no son la panacea para eliminar el contenido ofensivo en las redes sociales. Por ello, antes de publicar un comentario en una de estas plataformas, hay que preguntarse primero si se ha superado con éxito el examen de los tres filtros de Sócrates. Solo así podemos crear un lugar seguro para la autoexpresión.