El señor Querol, autor de la carta 'Los verdaderos culpables del fracaso de Illa' es verdaderamente afortunado. Le publican una de cada diez cartas. Su producción es francamente encomiable. Pero su obsesión es Illa y acabar con el 'procés'. Por ello su estado de ánimo, una vez digeridos los resultados de las últimas elecciones, se ha repuesto hasta cierto punto para volver con la misma matraca de siempre. Quiere y quiere insistir en que Illa sea presidente de la Generalitat y para ello no duda en atribuir toda la abstención electoral a su idolatrado Illa, llegando incluso al punto de llamar a los jóvenes catalanes "incoherentes, fútiles y frívolos", es decir, de escasa importancia o aprecio; en otras palabras, de poco valor. ¿Se puede ser más frívolo? Otra frivolidad de las suyas es denominar al "efecto Illa" como ideal para llegar a la presidencia de Cataluña, porque el candidato Illa, según él, es el idóneo por la gestión de la pandemia que ha realizado. Más bien deberíamos hablar en todo caso de su nefasta gestión contra el covid-19, lo cual le invalida totalmente para presidir absolutamente nada. Al señor Querol le recomendaríamos muchos (de momento, la mayoría de los votantes) que respete a las mayorías, que no se atribuya toda la abstención y que se lo tome todo con mayor sentido del humor y relativice un poco más las cosas.
Entretodos