La salud es más que la ausencia de enfermedad. La falta de calidad de vida: problemas de vivienda, sobreexplotación, trabajo precario, dificultad de acceso a la sanidad... son causas que enferman a sectores de la población. Una idea sobre la que hace mucho que reflexiono. Aprovecho que el 7 de abril fue el Día Mundial de la Salud para considerar que si las condiciones laborales en general fueran dignas --salarios correctos, con contrato y derecho a prestaciones-- una parte de la población tal vez no estaría sufriendo enfermedades poco visibles como ansiedad, depresiones, fibromialgias... Tal vez no sería necesario tener que dirigirse a los servicios sociales o entidades sociales en demanda de alimentación.

Este año, con el covid-19, se ha disparado todo, y parece que las grandes penurias de una parte de la población son culpa de la pandemia. Y en parte así es. Pero para quien hasta ahora trabajaba sin contrato, en 'negro', acceder a recursos de las administraciones está siendo un drama o directamente no tiene derecho a ellos. ¿Qué tiene que ver esto con la salud de la población? Pues yo creo que bastante. Porque además de tener que destinar las administraciones recursos suficientes para garantizar la sanidad pública y universal, para toda la población, revirtiendo los recortes de años anteriores, aquellas deberían estar vigilando proactivamente que las empresas y empleadores cumplan los convenios y la legislación laboral. También el acceso a una vivienda digna mejoraría sin duda la salud emocional y mental de muchísimas familias.

Por tanto, para conseguir la equidad en salud se han de garantizar condiciones de vida dignas, revertir los recortes en la sanidad y liberalizar las patentes para conseguir también el acceso universal a la vacunación.