Parece que hay una moda de escribir cartas sobre una Barcelona apocalíptica en la que solo faltan los zombis de turno comiéndose a la gente. La verdad es que yo no veo una ciudad sucia, intransitable, donde te atracan cada dos por tres. Yo veo una Barcelona bonita, agradable para pasear, con sus magníficos edificios y zonas verdes. Es muy fácil culpar a Ada Colau y al ayuntamiento de todos los problemas que, como gran ciudad, tiene. No es tan fácil asumir que cada vez hay más ciudadanos incívicos, que no respetan el espacio público, que es nuestro. Barcelona es de todos y tenemos que contribuir con nuestra educación y civismo a que se mantenga bonita, que ya lo es.
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Para acabar, gracias, Ada Colau, por el cartel de la Mercè. Yo me he sentido representado. Sin señales independentistas. Una fiesta para todos. El día que cambie el color del ayuntamiento ya veremos cómo es el cartel de ese año.