Hoy tenía una visita programada con mi médico de cabecera, a primera hora, y, mientras esperaba a que me llamarán, veía el trasiego de médicos y enfermeras preparando la consulta. Vestido con un tejano y un jersey de invierno, el doctor llegaba con papeles en las manos y se coloca la blanca bata. Cierra la puerta de su consulta de no más de 12 m cuadrados con un ordenador ya un poco obsoleto y su lista de pacientes donde pasará, en el mejor de los casos, su jornada de 8, 10 horas. Y yo, mientras esperaba, recordaba que ese doctor con tejanos ya envejecido le daba consejos a mi hijo para que dejara de fumar. Te miraba a la cara, nos conocía. Ahora tengo otro profesional, igual de humano como él: te saluda al entrar, te pregunta cómo estás y te hace sentir bien. Pero mi reflexión de hoy es: la carrera de medicina, tan dura tan larga, tan en constante reciclaje, ¿realmente se les valora?
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Depende de la experiencia vivida, sobre todo en el hospital, pero en el ambulatorio creo que deja bastante que desear; son ellos los mediadores de lo que el sistema les deja tramitar y el paciente solo sabe arrojar su descontento en él. De acuerdo que detrás del profesional está la persona -con su carácter, su paciencia, su forma de actuar- lo que les acerca al paciente o una distancia deja en la mesa cuando por la puerta vas a entrar. La enfermera o ATS igual, sobre todo antes porque ahora el doctor de todo se ha de cuidar -de dispensar recetas de programar y demás-; todo esto va en declive del profesional cuando sus tareas salen de su ámbito profesional.
La figura del médico para mi hay que valorarla; estudiaron mucho, muchas prácticas tuvieron que realizar, y al final en una cutre consulta acabar. La labor de muchos de ellos, sin fronteras van a realizar, la razón por la que estudiaron y su fin vocacional, salvar vidas sin tener que por la burocracia pasar. Yo a veces observo su quehacer de cada día, no sé si el sueldo recompensa tanto estudio y proeza, creo que no están valorados y que el sistema no es ni mucho menos su aliado. Unirse a ellos en la lucha seria apoyarlos, ellos en definitiva están de nuestro lado.
Sus familias se sacrificaron por poder su carrera pagar, ellos con su sacrificio llegaron a buen fin, de nosotros depende tratarlos mal o bien.
Por ellos, por ellas, personal de sanidad a todos ellos las gracias les quiero dar. Y a los pacientes, su palabra ya lo dice 'paciencia', ellos todo no lo pueden solucionar.