El 30 de julio un agente de la Guardia Urbana sin ningún tipo de empatía, con malas formas y chulería me multó dos veces por ir con el patinete de mi mujer por el paseo de Valldaura sin el casco. Le expliqué y repetí que había cogido el patinete un momento para ir a casa de mis padres, que necesitaban que les llevara una cosa rápido, y justo ese día tenía la moto en el taller, pero el agente no lo entendía, su discurso se basaba en repetir lo mismo todo el rato, en ningún momento me escuchó. De todas formas, lo que más me molestó fueron las formas; no entiendo cómo se puede ir así por la vida, me sentí un delincuente.
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No voy a dar ninguna referencia sobre esta persona, aunque no me faltan ganas. Mientras me estaba multando seguía pasando gente por el mismo lugar que yo y sin casco, muy normal todo. Tengo 36 años y soy una persona cívica y al día en todas mis obligaciones con el sistema. No soy ningún paria, ni nada por el estilo. Entiendo que soy la víctima perfecta para este tipo de multas únicamente recaudatorias y sin ningún tipo de rigor didáctico. Felicitaciones a los agentes de la Guardia Urbana de verdad, que los hay muchos. Y a los que habéis aprobado la oposición sin ningún tipo de vocación, espero que el trabajo se os haga duro y pesado.
Por cierto, ya he pagado la multa.