Por lo que la actualidad nos cuenta, parecer ser que Carles Puigdemont está jugando a ser un estadista. Quisiera decirle al expresident Puigdemont que en Catalunya el único que pareció ser un estadista fue Jordi Pujol, por la bonanza económica que trajo en sus tiempos de mandato a nuestra tierra, una tierra en la cual nacionalistas, separatistas y unionistas convivíamos magníficamente, y por lo buen negociador que era. Lástima que luego se descubriera el gran corrupto y corruptor que llegó a ser.
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Puigdemont pretende equipararse con sus actos y declaraciones a un estadista al estilo de Winston Churchill o al estilo de Otto von Bismarck, pero para eso hay que tener talla política y altura de miras, cosas de las que carece. El expresident ahora pretende fagocitarse a Junts per Catalunya, y lo más fuerte, al PDeCAT, después de haberse fagocitado a Junts pel Sí. ¿Qué opinan al respecto convergentes como Marta Pascal, Artur Mas, Carles Campuzano, Xavier Trias, Jordi Xuclà, Felip Puig, Neus Munté? De momento callan, controlan su rabia política.
Puigdemont quiere crear una Crida Catalana por la República, un movimiento u organización extremista, de confrontación continua, y estos extremismos seguirán trayendo a Catalunya miseria política, social, económica, cultural y educativa. Y a todo esto, ¿qué dice el Molt Honorable Quim Torra? Nada, porque es el brazo ejecutor de Carles Puigdemont y sólo obedece órdenes de este último.