A pesar de padecer dos enfermedades crónicas, mi enfermedad mental es la que ha estado más presente en mi vida, es la que me ha hecho sufrir a lo largo de los años.
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He estado enferma más de media vida. Tengo treinta y cinco años y decidí hacer público mi trastorno bipolar, lo que para mí supuso una gran descarga emocional ya que muchísima gente desconoce esta enfermedad.
Aún a día de hoy y por desgracia, existen y existirán estigmas sociales contra nosotros, los enfermos mentales. Al igual que existen estigmas también contra la gente que no es de raza blanca, contra las mujeres, o contra los homosexuales.
Estos estigmas sociales contra los trastornos mentales nos afectan de manera desmesurada. A mí me han llegado a señalar con el dedo.
En fin, que la vida aún en el siglo en el cual vivimos está y estará llena de injusticias. El mundo no cambia así, porque sí, porque queramos unos cuantos. Que si te da por reír, y a continuación por llorar, ya te mandan al psiquiatra, al menos en mi caso. Que la vida son dos días y tenemos que agarrarla fuerte, bien fuerte, porque si no se nos escapa.