Las 15.32. Una hora y dos minutos han pasado desde la hora a la que empezaba (o eso nos decían) la votación en la sede de Ferraz. Han pasado 10 meses y tres días desde el 20 de diciembre del 2015, cuando todo parecía querer cambiar.

Una legislatura fallida y otras elecciones que dejaban un paisaje político parecido al de las primeras. Malas decisiones desde los partidos que podían haberse puesto de acuerdo para conseguir un gobierno del cambio y, finalmente, un golpe de partido (de Estado no es). Un golpe de partido cocinado en los medios de comunicación y emplatado por Felipe González para que Susana Díaz lo deguste cuando quiera. Quien lo probará ahora, cuando quiera, será un Mariano Rajoy que se ha encontrado con una abstención caída del cielo del Partido de Ferraz (se me hace muy difícil nombrarles Socialistas, Obreros o siquiera Españoles, porque miran casi más por aquellos amigos de Suiza o Panamá que por los ciudadanos de a pie de su país).

¿Y ahora qué, señores de Ferraz? ¿De verdad piensan que volveremos a pensar en algún momento que merecen tener en la fachada de sus locales la S y la O que os dio Pablo Iglesias? ¿Qué pensarían sus fundadores de esta abstención ante un PP imputado? ¿De verdad creen que los jóvenes de izquierdas van a pensar en algún momento que representan la alternativa que decían ser?

Dijeron que 'no' era 'no'. Hoy no 'es' darles el Gobierno. Mañana será aprobarles los presupuestos. Pasado mañana... ¿quizás reformar Ferraz a base de sobres azules? Están regalando el voto de 5.424.709 españoles que no querían ver un Gobierno del Partido Popular.

Gracias, aun así, por haberos quitado la careta y haber dejado claro qué Partido son ahora: el partido de las puertas giratorias, el de los EREs, la muleta del PP para continuar como hasta ahora. 'No es no'... Salvo alguna cosa.