Salir a manifestarse en democracia no debería suponer un problema, pero, ¿lo es en plena pandemia? Cuando las protestas por el asesinato de George Floyd coincidieron en Estados Unidos con el covid-19, apenas se leían en redes quejas argumentando que rebelarse en Minneapolis aumentaba el riesgo de contagio y, por ende, afectaba a la salud.
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En España, cuando se alzó la voz en apoyo a Floyd, las críticas hacia quienes se manifestaban inundaron Twitter. Es cierto que ambos países respondieron distinto ante el virus, pero, ¿puede algo tan relevante como protestar por un asesinato esperar por cuestiones de contagio? Son circunstancias delicadas, aunque las de la comunidad afroamericana llevan mucho tiempo siéndolo. Está harta de rojos, blancos, azules y estrellas, ya solo busca el naranja del fuego. Si no es ahora, ¿cuándo? Las injusticias no tienen ni fecha ni horario.