Hace meses, muchos meses, que los profesionales de la salud manifiestan la carencia de personal para enfrentarse a la pandemia. Ahora mismo se ponen todas las esperanzas en las vacunas, pero no dejan de estar llenas las ucis y los profesionales de la salud están agotados. Ellos han dado todo su tiempo y su yo en esta pandemia. Actualmente se empiezan a conocer las consecuencias de tan letal virus, y se vislumbra una esperanza, pero hay que verlo con perspectiva. ¿Cómo se ha podido llevar a cabo una crisis sanitaria de esta índole sin recursos humanos? Se han tapado los errores argumentando que se aportaba material sanitario, se ampliaban los hospitales o bien se ponían más camas. Pero hay un planteamiento erróneo y que debería subsanarse: el desgaste extremo, como decía el doctor Mancebo, director de medicina intensiva del Hospital de Sant Pau, del personal que ha estado junto a los enfermos más graves (médicos, enfermeros y auxiliares de cuidados intensivos). Desde luego, los políticos ni lo nombran.
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