Ahora, entrando en las vacaciones de verano, ya todos dan por hecho que, tras una campaña divulgativa a la opinión pública realizada por el presidente Sánchez, se materializará la concesión de la medida de gracia a los presos del 'procés'.
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Tal y como indica Joan Masdemont en su carta "Junqueras i Sánchez: els indults com a moneda de canvi", lo que llevaron a cabo los presos del 'procés' fueron una serie de hechos impropios de gobernantes responsables y que dividieron a todo un pueblo, tal y como le gusta argumentar a Oriol Junqueras: “Catalunya, un sol poble”, como si estuviéramos en los tiempos más profundos del medievo.
Pisaron toda la legalidad constitucional y estatutaria al promulgar las llamadas “leyes de desconexión” con el Estado, menospreciando la soberanía de la sociedad catalana. Estos políticos, con Junqueras a la cabeza, se llenan la boca diciendo que son demócratas; pese a ello no han mostrado ningún tipo de arrepentimiento ni pedido disculpas por los hechos que los llevaron a prisión, y menos aún nos han pedido perdón.
Si los catalanes seguimos dejándonos manipular por el sentimiento identitario arengado por estos políticos irresponsables, seguiremos sufriendo la decadencia social y económica de Catalunya. La política debe basarse más en el razonamiento, y los argumentos, en los planteamientos y menos en la visceralidad.