A la vista de los logros que van consiguiendo los vascos cada vez que se convoca a los presidentes autonómicos, y en especial del papel y las tácticas demostradas por el lendakari Íñigo Urkullu, haciendo ver que no asistirá a las reuniones y finalmente acudiendo una vez conseguidas sus peticiones, deberíamos reflexionar, en especial a Pere Aragonès. Este, con su actitud de no ir a estos encuentros, no solo no se entera de lo que se discute, sino que tampoco defiende postura alguna que nos beneficie.
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Será por no molestar a sus socios de gobierno, o a la CUP, pero es preocupante esta forma de gobernar. Mi humilde consejo al señor Aragonès es que haga un cursillo acelerado de la mano del señor Urkullu, y créanme que todos los catalanes saldremos ganando. Los desplantes no conducen a nada positivo. Hay que ser más listo y más diplomático, señor Aragonès.