Después de reflexionar sobre determinados movimientos políticos, pero sobre todo ciertas sentencias nacionales recaídas hasta ahora (y por extensión del posicionamiento de gran parte del poder judicial), no es difícil concluir que la judicatura está imbuida de una serie de ideas, que más bien parecen prejuicios, en torno a la precariedad de los TTP (trabajadores temporales públicos). Situación que deriva de un marco mental social previamente adquirido en el que predomina un sistema de creencias donde el trabajo/funcionario fijo se muestra como un privilegio que debe revisarse en nombre de la igualdad. Situación presentada como insostenible en la que no será difícil justificar unas oposiciones (y recortes) para igualar ese mercado laboral precario, pero nunca al alza sino a la baja.
Entretodos
Cabe considerar que esta 'guerra', como otras, en gran medida se libran en los medios de (in)comunicación y algunos (incluidos ciertos intereses políticos y sindicatos representativos ¿de quién?) no en vano creen que con la adecuada manipulación pueden crear una realidad. Estos, ayudados -intencionadamente o no- de algunos jueces sofistas (por desgracia demasiados) y sindicatos paniaguados, que a base de distorsionar interpretaciones y repetir determinados relatos como un mantra, pretenden cambiar la percepción de la realidad. De esta manera se exhiben sentencias/leyes como avances que tristemente son retrocesos, como modernización lo que desgraciadamente es un viejo patrón, como un triunfo social lo que en realidad es una calamidad que acabaremos pagando entre todos.
Firmado: Un TTP más.