Aparentemente refractario a la presión, Pedro Sánchez aguanta el tipo; por el camino, y ha sido corto, ni rastro de las seis condiciones que Rivera impuso al PP para negociar el 'sí' a la investidura de Rajoy y lo peor es que, después de dar un repaso por las 150 propuestas acordadas entre el PP y Ciudadanos, solo se puede decir que el trágala neoliberal está servido; pero como la cuestión de la investidura y de formar gobierno pasa por la aritmética parlamentaria, qué mejor que apelar al patriotismo con discursos vacíos de contenido y España en primera persona. Ya solo falta que cuelguen en la puerta del Congreso una pancarta con la frase patriotera que había en la entrada de los cuarteles y que decía: Todo por la patria.
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