Son demasiadas las carencias que tiene el país como para desdeñar los presupuestos. El problema principal que tiene Pedro Sánchez son los apoyos que necesita para sacar adelante los presupuestos. A las reticencias de Podemos, hay que añadir las persistentes dudas que tienen los independentistas catalanes. Sólo desde la idea insensata de que cuanto peor, mejor para Catalunya se puede justificar el rechazo independentista a los presupuestos.
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Se trata de unas cuentas con el mayor aumento de gasto social en los últimos diez años y el mejor trato inversor para Catalunya que se recuerda. Los ingresos con los que cuenta el Gobierno de España para poder hacer frente al gran gasto social y a la inversión del Estado son, esencialmente, los que siguen: la subida del impuesto de sociedades para las grandes empresas, el IRPF para las rentas más altas y las del capital y el impuesto sobre el patrimonio.
Esperemos que los diputados que aún no tienen claro qué hacer, se decidan por votar a favor de los presupuestos. Muchísimas personas humildes así lo esperan.