El 20 de abril se cumplieron 55 años del asesinato a manos de la dictadura franquista de Julián Grimau, que fue condenado inustamente por un tribunal militar en 1963, tras ser sometido a torturas. Grimau fue fusilado por su defensa de la legalidad durante la Guerra Civil, como muchos más que todavía yacen en fosas y cunetas pese a la Ley de Memoria Histórica aprobada hace más de 10 años.
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Hoy, Grimau, así como miles de represaliados, fusilados y torturados por la represión franquista tras su golpe de Estado y posterior "triunfo" en la guerra civil, siguen siendo considerados criminales por el Estado español democrático. La huella de Grimau y la de todos y todas las que defendieron la legalidad vigente y se opusieron a ese golpe de Estado fracticida ha quedado reflejada en el cancionero popular. Recuerdo a cantantes como Chicho Sánchez Ferlosio, Violeta Parra o Ana Belén, entre otros, que recuerdan y dan un homenaje a Grimau y a tantos fusilados por el mero hecho de defender la libertad y la igualdad.
Creo que en un estado democrático como el nuestro, con una Ley de Memoria Histórica aprobada por todos y todas, no se puede consentir que todavía se considere criminales a estas personas por haber luchado por la democracia, la paz, la justicia social y reivindicado la verdad. Por eso hay que luchar, todos juntos, por defender la verdad, la justicia y la reparación; no solo para Grimau, sino también para los miles de personas que todavía están en las cunetas y las fosas y aquellos en cuyos expedientes todavía consta que fueron criminales.