Desde que tengo uso de razón, he visto a los políticos utilizar como herramientas de campaña el desprestigio del contrincante como argumento clave en sus comunicados. Cuando a mí me han enseñado que, si necesitas desprestigiar al otro para parecer tu mejor, es que quizás lo que ofreces no es tan bueno.
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Cada vez que un partido comete un error, los demás se le lanzan al cuello. Pero en el momento que el error lo ha cometido uno mismo, siempre se tiene alguna excusa a mano. Mientras, a mí me han enseñado que si cometes un error debes reconocerlo e intentar solucionarlo. ¿Es que acaso los políticos merecen un trato distinto?
En resumen, a los jóvenes no es que no nos interese la política, pero ver que la forma de hacer política de algunos dirigentes se asemeja a lo que veríamos en un 'Gran Hermano', no ayuda.