Vivo de cerca una situación bastante preocupante. Mi madre tiene una peluquería junto con otra socia y puedo asegurar que las complicaciones que tienen que afrontar son bastante duras. Es muy injusto ver cómo la peluquería abre cada día sus puertas y hace frente a una reducción de clientes que quieren anular su cita por miedo a los rebrotes actuales y al cierre temporal de muchos negocios. Es injusto saber que cortarse el pelo se considera un servicio esencial, cuando luego el IVA del 21% dice lo contrario. Agradezco que mi familia tenga trabajo, pero me entristece pensar que, si esto sigue, las puertas de su local cerrarán para siempre.
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