Como la ley de Financiación de Partidos Políticos aún permite que los particulares donen hasta 50.000 euros anuales, y también admite que las fundaciones de las formaciones reciban donaciones de empresas que contratan con la administración, resulta evidente que existen intereses ocultos entre donantes y receptores. ¿O no creerán que las donaciones de las empresas y/o sus dueños son altruistas y no exigen nada a cambio y lo pagan ellos? No se equivoquen, nosotros abonaremos la factura.
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Así, en 2019, Vox recibió 1,6 millones de euros en donaciones, casi 6 veces más que el segundo, el PP.
Como la transparencia política ha de ser una meta, debe reformarse la ley y obligar a que, junto a las siglas y el logo del partido financiado directa o indirectamente, aparezca de manera notoria la leyenda “patrocinado por...”, con la relación de corporaciones y/o 'mecenas políticos' que colaboran con su proyecto ideológico.
Así, cuando abran las urnas, nos quedará cristalino quiénes financian qué ideas.