En mi trabajo, hablando con un grupo de chavales, me contaban que hablar con los padres era un rollo porque “siempre te hacen preguntas cutres”. Sorprendida y muerta de risa, quise saber qué era una pregunta cutre, y me contestaron que preguntar “qué has hecho hoy en el cole” era una pregunta cutre, porque su respuesta era “pues lo de todos los miércoles, mamá: mates, inglés y educación física”. Otra 'cutrada', decían, era el típico “¿qué tal el día, hija?”, pues su contestación solía ser un escueto “bien”, de esos que nos corta el rollo a los padres y madres, consiguiendo frustrarnos.
Entretodos
Podemos cambiar las 'preguntas cutres' por un “¿cuál ha sido tu mejor momento del día?”, que además nos ayudará a descubrir qué le importa a nuestro hijo o hija. O un "¿cuál ha sido el peor momento de la semana?" que nos permitirá darnos cuenta de si tiene alguna dificultad con un compañero, o con su orgullo cuando falla. Y un “del 1 al 10, pon nota al día”; va genial para que nuestros pequeños sean conscientes de su día a día y, de paso, nosotros también.
Este grupito de chavales me enseñó que, cambiando unas simples preguntas, podía adentrarme en su fascinante mundo. Cambiemos las preguntas cutres… y todo cobrará más sentido, especialmente la educación de nuestro hijo o hija.