Entramos en una nueva ola de la pandemia. Parece que lo peor ya ha pasado a más de un año del inicio de los primeros contagios. El personal sanitario está inmunizado frente al virus; los más mayores, vacunados; pero no deja de haber contagios y las ucis vuelven a colapsarse.
Entretodos
Los ciudadanos nos vamos acostumbrando a las cifras –reales o no- que nos dan y también a las medidas que nos imponen un día sí y el otro con lo contrario. La pandemia ya no la tomamos en serio; se ha asentado en nuestras vidas en forma de mascarilla y de gel hidroalcohólico. Ha dispuesto un modo de hacer exclusivo con el teletrabajo y el codazo. Pactar con el virus supondría ceder. No le dejemos, recordemos a todas estas personas que nos han dejado o que se han contagiado y se encuentran en condiciones difíciles para trabajar. Recordemos los aplausos que dábamos a los sanitarios, exhaustos por tanto trabajo; a quienes nos proporcionaban lo necesario para seguir viviendo. Solo desde esta perspectiva podemos seguir luchando, porque quienes nos gobiernan parece que están dispuestos a tirar definitivamente la toalla.