"Merece la pena que explote el coche de Patxi López", "No me da pena tu tiro en la nuca, pepero", "Que alguien clave un piolet en la cabeza de José Bono", etcétera.
Entretodos
Sí, son algunos de los conmovedores versos del nuevo mártir del garrulismo demagógico, del nihilismo cafre, del gregarismo tarugo, siempre revolcándose en el lodo de su miseria moral y su empanada mental. Ya sabemos: el uso de la violencia es directamente proporcional a la solución de problemas e injusticias.
Llevo años leyendo en varios medios artículos y cartas al director que critican abierta y libremente a la monarquía, al rey, al anterior rey, a gobiernos y 'governs'. Esta sección es un buen ejemplo: podemos criticar a quien sea, pero ateniéndonos a unas reglas que establece el propio medio, que no implican censura previa, sino que apelan a la imprescindible buena educación y respeto, pero los obtusos de siempre ni quieren ni pueden entender que por insultar, denigrar, amenazar o vandalizar no tienes más razón. ¿Sarcasmo, ironía, mordacidad?
Hay y ha habido algunos despropósitos judiciales con respecto a la libertad de expresión, y hay abusos de poder, injusticias, desigualdades, personajes institucionales moral o delictivamente condenables. Criticar, protestar y denunciar son derechos fundamentales, pero eso no tiene nada que ver con enaltecer y justificar el terrorismo, delito tipificado y el vandalismo.
A los que se rasgan las vestiduras con el rapero cascarrabias, pregunto: si en vez de Patxi López, pepero, José Bono, figurasen en esas frases "homosexual", "inmigrante", "feminista", "rojo", "indepe", ¿le habríais defendido? Según vuestra retorcida lógica sería libertad de expresión, ¿no?