El asunto del índice IRPH ha puesto, una vez más, al sector financiero en la picota. Comulgo con la opinión reflejada en el artículo de Rafael Sambola, profesor de EADA, el pasado 11 de septiembre en EL PERIÓDICO.
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Afirmaba que, además del posible coste que puede conllevar una futura sentencia, es muy preocupante la escasa reputación -por decirlo de forma amable- que disfruta el sector después de las preferentes, las ayudas millonarias para su rescate, las cláusulas suelo y ahora esto.
Sin embargo, hay algo que ha quedado tapado, y es la imagen del Banco de España, teórico supervisor del sistema financiero español cuando el dictamen considera un índice oficial, publicado por el supervisor, como un índice opaco.
El negocio bancario está muy tocado.