Secundo la carta de Esteban Julia publicada el 16 de junio en El Periódico respecto del polvo que desprende la utilización de sierras radiales en las obras públicas de Barcelona. Justamente he sufrido directamente y durante dos años y medio una obra de gran envergadura delante de mi vivienda, en la confluencia de las calles Rosselló y Balmes -la ampliación del andén de Provença de los FFGG-. Efectivamente, en dicha obra y de forma regular se han estado usando sierras radiales a nivel de calle y en espacio abierto para cortar baldosas, sin que dispusieran del más que aconsejable dispositivo que consiste en mojar la superficie a cortar y evitar la emisión de ese polvo tan nocivo para la salud. Incluso los propios obreros ni siquiera se protegían con mascarillas. ¿Dónde estaban las inspecciones a pie de obra para velar por la seguridad de trabajadores, vecinos y viandantes, tratándose además de promociones urbanísticas de la Administración pública?
Entretodos
Como agradecimiento a Collboni y a Valls por su nombramiento, Ada Colau coloca de nuevo el lazo amarillo en la fachada del ayuntamiento. Por cierto, me solidarizo con ella por los deplorables insultos machistas que recibió en la Plaça Sant Jaume la tarde de su reelección. Dicho lo cual, a la alcaldesa le sugiero menos gestos con el independentismo, que solo le traerán dolores de cabeza, y más preocupación por la salud de sus sufridos conciudadanos que, además de ruidos, emisión de gases contaminantes, pisos turísticos molestos, borracheras y peleas en zonas de ocio, nos tenemos que tragar literalmente el polvo que emiten las radiales sin la mínima seguridad ni control alguno.