Se ha aprobado la ley de vivienda. Consecuencia: se desprotege el derecho de propiedad al obstaculizar los procesos de desahucio. Se viene a legitimar la ocupación ilegal de la vivienda como manifestación de un problema social en lugar de crear viviendas de protección oficial. Se impone al propietario despojado la carga de acreditar que la vivienda ilegalmente ocupada lo es con la intención de convertirla en vivienda habitual del despojante, como requisito para la admisión de la demanda. Y si el propietario es un gran tenedor debe demostrar si el ocupante ilegal se halla en situación de vulnerabilidad económica.
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¿Se imaginan la surrealista escena? "Buenas, soy el propietario de la vivienda que ocupa sin mi permiso, ¿es tan amable de indicarme si su intención es convertirla en su vivienda habitual?" O, "disculpe, ¿se halla en una situación de vulnerabilidad económica?" Sencillamente, kafkiano. Una ley disparatada. Un patético dislate jurídico en plena campaña electoral.